lunes, mayo 08, 2006

 

Nueva Economía

El concepto de “nueva economía” empezó a tomar cuerpo hacia 1995, cuando se constató que en los EEUU se producía la combinación simultánea de :

· Altas tasas de crecimiento económico
· Bajos tipos de interés
· Inflación moderada

Para los economistas tradicionales, esa combinación sólo es posible si la productividad de la economía aumenta por encima de lo normal. Por tanto, el aumento de la productividad suele añadirse como un cuarto indicador de la emergencia de la nueva economía.

Como el uso de las tecnologías de la información se acostumbra a identificar como uno de los motores del aumento de productividad, la emergencia de la nueva economía se asoció también a un aumento de las inversiones en TIC. Una consecuencia de ello fue un fuerte crecimiento durante la segunda mitad de los años 90 de las ventas de las empresas TIC, tanto tradicionales como innovadoras, los que llevó también a un aumento de sus beneficios y más especialmente de sus expectativas de beneficios. Estas tenían a su vez como consecuencia la revalorización en Bolsa de las acciones de las empresas tecnológicas y de las que se asociaban con la nueva economía.

La revista Business Week se expresaba así sobre este punto en 1996:

“Ha sido un buen año para ser optimistas. En 1996, en contra de las predicciones de los escépticos, los grandes y pequeños echaron dinero a paladas en la Bolsa de los EEUU, que alcanzó récord detrás de récord. Durante el año pasado el índice de 500 valores S&P ha crecido un 20%; desde el principio de 1995, el mercado ha crecido un 65%.

¿Se han vuelto locos los mercados? De ningún modo. La subida de las acciones tiene como fundamento la emergencia de una Nueva Economía, basada en los mercados globales y en la Revolución de la Información. Desde principios de los 80, y de modo acelerado durante los últimos años, la economía de los EEUU se está restructurando desde la base. Las importanciones y exportaciones, que antes eran relativamente insignificantes, suponen el 26% del PIB. La inversión de las empresas en hardware de informática han crecido hasta el 24% en relación al año anterior, lo que de por sí representa casi un terncio del crecimiento económico. Aparecen de la noche a la mañana nuevas compañías para aprovechar las ventajas de las tecnologías punta, desde el Internet hasta la televisión directa por satélite.

La subida de los mercados de valores es un reflejo certero del la creciente solidez de la nueva economía. El crecimiento de la productividad, aunque infravalorado por las estadísticas oficiales, está creciendo a medida que las empresas aprenden a utilizar las tecnologías de la información para recortar costes, un requisito para competir en los mercados globales. La inflación, medida en el índice de precios de PIB, es de un 2.1%, su nivel más bajo en 30 años, y bajando. Las tasas de interés son bajas, y los beneficios de las empresas, ajustados por la inflación, han crecido un 50% desde 1991.

[...] Otro elemento clave de la Nueva Economía son las tecnologías de la información. Las empresas invierten ahora 212.000 millones de dólares al año en harrware de ordenadores y comunicaciones, además de decenas de miles de millones en software y desarrollo de sistemas. En contraste, el gasto en maquinaria industrial es menos de 130.000 millones de dólares.

[...] La productividad en las empresas no financieras ha crecido un 2.5% durante el año anterior. En comparación, sólo creció un 0.2% en 1988 y 1989, al final de la recuperación anterior.

[...] Además, con la inflación controlada, los tipos de interés tienden a bajar, lo que aumenta el precio de las acciones. "

En 1996 estos indicadores se conformaban como en los gráficos adjuntos:


Muy pronto se empezaron a generar teorías sobre el origen de la nueva economía, y recetas para potenciarla y extenderla. Estas incluían:

· Incentivar una cultura de emprendedores y de innovación
· Reestructurar las empresas para recortar costes y aumentar la flexibilidad
· Abrir los mercados de capitales
· Desarrollar el capital riesgo y las salidas de empresas a Bolsa.
· Ajustar la política monetaria, manteniendo tipos de interés bajos.
· Aumentar las inversiones de TIC
· Liberalizar los mercados de telecomunicaciones y el de trabajo

Mensajes de este tipo contribuyeron a crear una euforia financiera, basada en las expectativas de que este crecimiento sano y renovado continnuaría durante un tiempo indefinido. La consecuencia fue que miles de millones de dólares en inversiones fueron a parar a empresas TIC, y de forma más acentuada a las empresas punto.com, generando una burbuja financiera de grandes dimensiones.

Al final de este apartado, Friedman apunta a una segunda burbuja, de hecho mucho más importante, que se produciría algo después en el sector de las telecomunicaciones. Trateremos sobre ella en una sesión aparte.

Dos puntos antes de finalizar este bloque. El primero es que no se debe confundir la nueva economía con la burbuja, como muchas veces se ha hecho. Todo apunta a que las tecnologías de la información, si se utilizan adecuadamente (lo cual no siempre sucede) son una plataforma para un crecimiento económco “sano”, con una lógica distinta del habitual en las industrias tradicionales.

Observad por otra parte que se manifiesta aquí algo de lo que se apuntaba en la cita de Drucker con la que empezábamos el curso. Tenemos un fenómeno objetivo (el crecimiento económico apoyado en las TIC) e inmediatamente se ponen en primer plano teorías (por qué se produce, cuánto durará), ideologías (como las implícitas en algunas de las recomendaciones enunciadas más arriba) e instituciones (como la Bolsa, que abrió índices especiales para los valores tecnológicos). Y también problemas, como la recesión que se produjo cuando explotó la burbuja.

Volveremos sobre algunos de estos puntos.

Pero os dejo con una pregunta: ¿Qué ideologías podéis encontrar en las recomendaciones para impulsar la nueva economía? (Y también, ¿qué definición de ideología utilizáis?)

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