lunes, julio 31, 2006

 

Examen Septiembre

El examen de Septiembre para todos los alumnos que tengan la asignatura pendiente, es un trabajo en las líneas descritas más abajo.

Tema: Friedman vs. Drucker

Como se ha visto en el curso, Peter Drucker nos dice que lo que caracterizará a la sociedad del futuro son nuevas instituciones, teorías, ideologías y problemas.

Describir, analizar y comentar cuáles de estos elementos aparecen (o no) y cómo en el libro de Friedman.

Extensión (para todos)
10 a 20 folios a un espacio.

Otros extremos

La fecha límite para la entrega de los trabajos es el Viernes, 8 de Septiembre, a las 24.00 horas.

Las citas o textos extraidos de otras fuentes deben señalarse como tales, citando la fuente.

La presentación de un trabajo en el que se detecte “plagio” de otro previamente publicado conllevará automáticamente una calificación de suspenso en la asignatura.

IMPORTANTE

Todos los trabajos deben enviarse a la siguiente dirección de correo:

arquetip.team@gmail.com

Para cualquier contacto con el profesor relacionado con esta nota, utilizar la misma dirección de correo, o bien

ricard.ruizdequerol@gmail.com

miércoles, junio 14, 2006

 

¿Podría profesionalizarse la construcción social?

Al tenor de:
me parece oportuno subrayar una cita de Friedman al principio del Capítulo 4 de “El Mundo plano”:

“La enfermedad más común del mundo plano será es desorden de identidades
múltiples. Aunque sólo fuera por este único motivo, los profesionales de la
ciencia política se darán un gran festín en el mundo plano. La ciencia política
podría convertire en la mayor industria de crecimiento entre todas las de la
nueva era”.

¿Una idea para emprendedores? Tal vez. La cuestión del “software abierto” y los “proyectos abiertos”, es, en el fondo, una cuestión política, y con futuro. Hablaremos de ello.

Hasta la próxima.

 

La construcción social del capitalismo industrial en los EEUU

1. Punto de partida

En la Edad Media, el desarrollo tecnológico no cambió las estructuras de producción, ni produjo cambios sociales drásticos:

· Cambió el comercio
· Se mantuvieron los agricultores, los artesanos y los gremios

En los s. XVIII y XIX se produjeron cambios drásticos en las instituciones

· Consolidación del Estado Nación
· Supresión de las restricciones al comercio
· Emergencia del proletariado sin tierras
· Separación del trabajador de sus herramientas, como consecuencia de la introducción del maquinismo

Estos cambios sociales se introdujeron para facilitar el desarrollo de capitalismo industrial (como mínimo, tuvieron esa consecuencia)
· Aplicación de la lógica del beneficio y del mercado a todos los bienes, incluidos tierra, capital y trabajo.

2. Segunda revolución industrial

El capitalista, después de haberse apropiado de los medios de producción, pasó a apropiarse del conocimiento necesario para maximizarla

· Reforma de la educación técnica
· Aparición de la clase de ingenieros

· Creación de la ingeniería de la gestión industrial

· Reforma del sistema de patentes
· Estandarización de productos y procesos
· Industrialización del proceso de innovación

· Industrialización del proceso de educación superior

La tecnología moderna, el capitalismo industrial y las instituciones de soporte se co-producen.

El historiador David Noble sostiene que:

· Tuvieron lugar esfuerzos conscientes para diseñar América de acuerdo con los intereses del capitalismo industrial, para crear el aparato que desarrolla la tecnología moderna en interés de las grandes corporaciones y para establecer los patrones que aseguraran la estabilidad y el crecimiento del capitalismo corporativo.
· No sólo la maquinaria de producción, sino también el entramado completo de los conglomerados industriales, tomaron la forma de mecanismos engrasados y eficientes, que se presentaban como resultado de la “razón técnica”, de modo que cualquier oposición podía tildarse de “irracional”.
· El proceso fue una construcción social resultante de la conciencia colectiva de un propósito (que no es lo mismo que una conspiración).

3. Fase inicial: Aplicación de la ciencia a la artesanía

Benjamin Franklin fue pionero en poner la ciencia al servicio de las arte(sanías)

Jacob Bigelow definió en 1829 la tecnología como el conjunto de principio, procesos y conocimientos relacionados con la aplicación de la ciencia para el beneficio de la sociedad y la remuneración de quienes los persiguen.

En esa primera etapa:

· La ciencia en la Universidad era más afín a la filosofía que a la producción
· La ciencia se introdujo en el mundo de la producción por medio de los artesanos innovadores que conocían los avances de la ciencia universitaria por medio de las publicaciones de divulgación de la época
· En cualquier caso, el inventor necesitaba un cierto acceso a funetes de capital para progresar.

4. Fase siguiente: La ciencia en las nuevas industrias

Las industrias “tradicionales” incoporaron la ciencia de las universidades a los talleres

En paralelo, se crearon nuevas industrias de base científica

· La electricidad
· La química
· Las telecomunicaciones

En esas industrias, la introducción sistemática de la ciencia iba ligada al refuerzo de los monopolios “de facto” :

· Control del mercado
· Control del producto
· Control del proceso

La innovación clave, más que cada una de las innovaciones puntuales, es la transformación sistemática de la ciencia en capital.

En palabras de David Noble:

“Se crearon grandes corporaciones para controlar la competencia y los precios y para explotar las nuevas invenciones, productos y procesos. (...) Las corporaciones se aplicaron durante el siglo XX a transformar el progreso tecnológico en un proceso bien ordenado y bajo su control (...) Desde su punto de vista, la transformación científica y la transformación corporativa de América eran una sola cosa”.
Así, en la electricidad:

· El respaldo de J.P. Morgan a T.A. Edison dio lugar a la General Electric
· Ambos iniciaron la sistematización del proceso de patentes, y la compra de patentes a innovadores.
· En 1896, GE y WWWestinghouse tenían más de 300 litigios de patentes entre ambos.
· El “pooling” de patentes consolidó sus posiciones de mercado.

En Telecomunicaciones

· Bell patentó el teléfono en 1878.
· En 1888 Bell tenía 600 pleitos en marcha para defender sus patentes.
· En 1879, Bell organizaó un departamento de ingeniería destinado al estudio y control de las patentes.

En la Industria química

· Los EEUU se apropiaron de 735 patentes de la industria alemana tras la I Guerra Mundial.
· Este proceso fue el origen del crecimiento de Dupont, Bausch and Laumb, Kodak, Union Carbide, ...

Las notas que se esbozan a continuación siguen la obra de David Noble “America by Design”.

5. El desarrollo de la educación técnica

Los industriales consideraban que la enseñanza tradicional producía “laborious thinkers”, mientras que lo que hacía falta era “thinking laborers”.

El MIT se creó en 1861 como reacción a la falta de interés de Harvard en la educación técnica.

· El foco de interés no eran ya las leyes de la naturaleza, sino los principios del diseño.

Entre 1870 y 1914, el número anual de graduados de las escuelas de ingeniería pasó de 100 a 4.300. En número de ingenieros en la población se multiplicó por 15.

· En esta fase, la consideración social de los ingenieros era relativamente bajo. No ascendería hasta que se convirtieron en gestores.

6. La emergencia del ingeniero profesional

La tecnología moderna se constituyó en un modo de producción específico del capitalismo industrial avanzado. También el ingeniero, que personificaba la tecnología moderna.

· “Desde un principio, el ingeniero estuvo al servicio del capital, por lo que no era sorprendente que sus leyes fueran para él tan naturales como las leyes de la ciencia”.

El número de ingenieros pasó de 45.000 en 1900 a 230.000 en 1930.

Los ingenieros no constituyeron nunca sindicatos de clase, aunque sí asociaciones profesionales. Más bien desarrollaron una cultura individualista, en la que el baremo final de éxito era convertirse en líderes, o cuanto menos gestores (pasaron de ingenieros de materia a ingenieros de personas).

A finales del siglo XIX, el industrialismo corporativo combinaba :

· Empresas de tecnología avanzada buscando la expansión y la estabilidad de sus industrias.
· Un sistema de educación técnica orientado a las necesidades de la producción
· Una profesión de ingenieros consolidada como elemento de la nueva cadena de producción.

A partir de ahí, empezó una segunda fase de la reforma social, orientada a perpetuar este sistema:

· Fusiones para consolidar una situación de competencia monopolística
· Estándares científicos e industriales
· Reforma de la ley de patentes
· La organización de la I+D industrial y universitaria
· El proceso industrial de la educación superior

7. La reforma de las patentes

Las patentes, concebidas para proteger a los inventores individuales, pasaron a ser un instrumento de construcción de monopolios por parte de las grandes corporaciones.

· El sistema de patentes se había recogido en la Constitución de los EEUU para beneficio mutuo del inventor y de la sociedad (1790).
· En 1885, sólo el 12% de las patentes iban a empresas; en 1950, la proporción había ascendido al 75%.
· La patente 1 millón se concedió en 1911, y la 2 millones en 1915.

“Las patentes son el modo mejor y más efectivo de controlar la competencia ... Las patentes son la única forma legal de monopolio absoluto”

· AT&T, que se había formado en base a las dos patentes iniciales de Bell, tenía 9.255 patentes en 1935, incluyendo telefonía y radio.
· GE tenía un control casi total de las patentes para producir bombillas eléctricas, así como del suministro de cristal.

El control de las patentes transformó lo que era innovación individual en corporativa.

8. La organización de la investigación industrial

En el período de 1900 a 1930, la investigación industrial se convirtió en una rama de la actividad económica

· Más de la mitad de las grandes empresas consideraban la investigación como una actividad propia.
· “La invención más importante de Edison fue el laboratorio de investigación”

Etapas de la organización de la investigación

· Sistematización de la investigación dentro de las corporaciones
· Formación de redes de investigación, incluyendo el establecimiento de vínculos con las Universidades
· Creación del “National Research Council

La investigación pasó de ser el resultado de actividades aleatorias a un proceso organizado. Las corporaciones se convirtieron en productores de ideas científicas.

· La ciencia se convirtió en una cuestión de gestión.
· Inicialmente, las corporaciones monopolizaron el desarrollo de la ciencia
· Se constató que “los esfuerzos industriales no conseguirían avanzar las fronteras del conocimiento a un ritmo adecuado para las demandas del avance industrial”

Se pasó a organizar la investigación industrial fuera de las universidades.

· Programas de becas
· Asociaciones industriales

Ejemplos

· GE pasó de 8 investigadores en 1901 a 555 en 1929.
· En 1925, Bell Labs empleába a más de 3600 personas; en 1937 obtuvo su primer Nobel.
· Dupont tenía 1200 investigadores en 1927

Reflexión final

La intención de los apuntes anteriores es esbozar los rasgos principales del proceso de co-producción de la tecnología y la sociedad capitalista industrial en los Estados Unidos durante las últimas décadas.

Para mí, se suscitan cuestiones como las siguientes:

  1. ¿Qué procesos homólogos de construcción social están teniendo lugar alrededor del tránsito hacia la sociedad de la información? ¿Quiénes los impulsan y cómo?
  2. La cuestión de la propiedad intelectual aplicada a la producción y gestión del conocimiento y “productos y servicios virtuales”.
  3. Si los ingenieros hicieron una contribución decisiva a la construcción material de la sociedad industrial, ¿cómo y quienes serán los ingenieros de la sociedad de la información y el conocimiento?
Podéis enviarme, como siempre, vuestras reflexiones.
(Aunque a partir de ahora, como mi buzón en la UPF continúa saturado, os sugiero que lo hagáis a la siguiente dirección de correo:
arquetip.team@gmail.com)
Saludos a todos.

viernes, junio 09, 2006

 

Entrega de los trabajos

IMPORTANTE

Para evitar el riesgo de saturación de mi buzón de correo en la UPF, os pido que enviéis los trabajos de final de curso a la siguiente dirección de correo:

arquetip.team@gmail.com

Acusaré recibo de cada uno de ellos, para que tengáis la seguridad de que los he recibido.

Recordad que:


 

Antes de la Revolución Industrial

Empecemos recordando la cita de Peter Drucker sobre los retos de la sociedad futura:

“We can also be sure that the society of 2030 will be very different from that of today, and that it will bear little resemblance to that predicted by today's best-selling futurists. It will not be dominated or even shaped by information technology. IT will, of course, be important, but it will be only one of several important new technologies. The central feature of the next society, as of its predecessors, will be new institutions and new theories, ideologies and problems”.

Cuando Drucker habla de las sociedades “predecesoras”, ¿a qué se refiere? ¿Qué nos sugiere sobre las instituciones, ideologías, teorías y problemas de sociedades anteriores? ¿Qué tan parecidos o diferentes eran de los que conocemos en la sociedad actual? Y, si son diferentes, ¿cómo y de dónde surgieron?

El mismo Drucker apunta una primera respuesta, al respecto de la sociedad industrial:

“The decades of the 19th century following the first and second industrial revolutions were the most innovative and most fertile periods since the 16th century for the creation of new institutions and new theories. [...] The first industrial revolution brought forth, among many other things, intellectual property, universal incorporation, limited liability, the trade union, the co-operative, the technical university and the daily newspaper. The second industrial revolution produced the modern civil service and the modern corporation, the commercial bank, the business school, and the first non-menial jobs outside the home for women.
The two industrial revolutions also bred new theories and new ideologies. The Communist Manifesto was a response to the first industrial revolution; the political theories that together shaped the 20th-century democracies—Bismarck's welfare state, Britain's Christian Socialism and Fabians, America's regulation of business—were all responses to the second one. So was Frederick Winslow Taylor's “scientific management” (starting in 1881), with its productivity explosion”.
Pienso que en esta cita Drucker omite, casi seguro que de forma deliberada, una ideología crucial que fue decisiva para impulsar la sociedad industrial: el economicismo. Esto es, la aceptación del predominio de lo económico sobre muchos otros ámbitos de lo político y lo social.
Vimos en un bloque anterior cómo el crecimiento del PIB de la Humanidad despegó a partir de la Revolución Industrial. No fue casual. El objetivo de la revolución industrial era precisamente maximizar la producción de bienes con el objetivo de comercializarlos. Algo muy distinto de organizaciones sociales agrícolas, orientada a la producción para el consumo propio, que habían existido anteriormente.

Surge, sin embargo, la cuestión de por qué el PIB por persona estuvo casi estancado durante siglos antes de la revolución industrial. Puede darse la tentación de no considerar validos o de calificar como inútiles los desarrollos técnicos previos a la era industrial. Pero eso sería injusto.
Lewis Mumford, uno de los primeros investigadores sobre la historia social de las tecnologías, comenta lo siguiente:
“Los académicos que en primera instancia popularizaron la idea de la época medieval como retrógrada leían sus documentos con gafas inventadas por primera vez en el siglo XIII, publicaban sus ideas en libros producidos en la imprenta del siglo XV, comían pan hecho de grano molido en los molinos de viento introducidos en el siglo XII, navegaban en navíos de tres mástiles diseñados por primera vez en el siglo XVI, llegaban a su destino con ayuda del reloj mecánico, el astrolabio y la brújula magnética y defendían sus bajeles de los piratas con la ayuda de la pólvora y el cañón, todos nacidos antes del siglo XV”.
Lewis Mumford, “The Myth of the Machine”, vol. 2, Harcourt, Brace, Jovanovich, (1970), pág. 130.
Podríamos pues postular como hipótesis que si los antiguos no desarrollaron más la tecnología para perseguir el crecimiento económico no fue por falta de capacidad, sino porque sus intereses tenían otra dirección. En la sociedad actual, el crecimiento y el cambio son una forma de ser, y por lo tanto, un objetivo implícito. Lo damos por sentado. Pero en sociedades anteriores, la producción de bienes, especialmente los alimentos, tenía como valor la autosuficiencia, y si ésta se obtenía, otros valores eran los que centraban la atención de los filósofos naturales o científicos.
Remontándonos mucho más atrás, la especulación griega tuvo muchas veces intereses prácticos concretos, y en aquello que les interesaba los griegos obtuvieron éxitos notables. Que estos éxitos no conformen un conjunto susceptible de llamarse revolución no debe afectar al juicio sobre su capacidad intelectual. Sólo indica que no la orientaron hacia la producción material. En palabras de Bertrand Russell, un autor nada sospechoso de enemistad hacia el progreso y sin embargo tan respetuoso con la sabiduría de los antiguos:
“Se ha dicho a menudo que los griegos fracasaron como experimentadores porque ello significaba ensuciarse las manos, un pasatiempo estrictamente reservado para los esclavos. Nada puede ser más engañoso que esta conclusión sumaria. La evidencia apunta claramente en dirección opuesta, como se muestra en los registros de sus logros científicos y los restos de su escultura y arquitectura [...] Lo que quizá sea más sorprendente del siglo quinto (a.c.) es la explosión súbita de experimentación intelectual e invención. Eso es cierto tanto en las artes como en la filosofía. [...] Todo se expande y ningún objetivo parece fuera del alcance del hombre”.
Bertrand Russell, “The Wisdom of the West”
Ese mismo sentimiento de ensanchamiento de la capacidad del hombre se reprodujo durante el Renacimiento y también durante la era industrial, aunque bajo una superestructura ideológica y una concepción del hombre y de su papel en el mundo que fueron muy diferentes en cada caso.
Lo anterior apunta pues a que la inflexión en el crecimiento económico que se produjo con la revolución industrial no fue sólo una consecuencia directa del progreso científico. El análisis marxista sugiere que las causas de los saltos cuantitativos y cualitativos que hicieron revolucionaria a la revolución industrial deban buscarse sobre todo en cambios en los ámbitos de la política, la organización social, la psicología social e incluso la evolución de la conciencia humana en esa época. Sin podernos ocupar a fondo de esta cuestión por el momento, me conformaré con apuntar algunas reflexiones que espero sean sugerentes.
Muchos estudiosos apuntan que una de las raíces filosóficas de lo que después sería la revolución industrial se orientan a los planteamientos filosóficos que Sir Francis Bacon publicó a principios del siglo XVII. Sus trabajos marcan el momento histórico en que el hombre se sintió plenamente capaz de tomar distancia en relación a la naturaleza, pasando a considerarla como algo que puede (e incluso debe) utilizar y aprovechar. Este sería el momento en que la filosofía dejaba de orientarse sólo al saber por el saber, al conocimiento por el conocimiento, empezando a orientarse hacia resultados “prácticos”.
Anteriormente a Bacon, muy claramente si nos remontamos a la civilización griega, la ciencia (en su origen, ubicada en el ámbito de la Filosofía) y la tecnología eran mundos virtualmente aislados. A partir de Bacon tienen lugar varios cambios cualitativamente muy significativos. La ciencia pasa a adoptar una orientación más utilitaria, no tan orientada a comprender la naturaleza sino a sacar partido de este conocimiento. En paralelo, las disciplinas se dividen y subdividen por especialidades cuyo grado de abstracción es cada vez más creciente.
Como resultado, los científicos empezaron a alejarse de la ambición multidisciplinaria y los valores que habían orientado la investigación filosófica en la antigüedad. En paralelo al auge de la máquina y de la maquinaria para producir máquinas, se pasa de la búsqueda del conocimiento a la búsqueda de la invención, y de ahí a la invención de la invención y a la profesionalización e institucionalización de la práctica científica y técnica. A partir de ahí, la intersección de la ciencia y la tecnología con el ámbito moral se reduce al mínimo.
Las consecuencias de este planteamiento se han hecho más y más evidentes a medida que la expansión de un sistema industrial basado en la explotación de los recursos naturales ha encontrado sus límites. Tras señalar la necesidad de ser conscientes no sólo de los beneficios generados por el maquinismo, sino también de las consecuencias negativas de sus excesos, Mumford señala gráficamente que:
"A medida que la ciencia se aproxima más de cerca a la condición de la tecnología, debe preocuparse de la mayor flaqueza de la técnica contemporánea: los defectos de un sistema que, a diferencia de los sistemas orgánicos, carece de un método interno para controlar su crecimiento o modular la enorme energía que necesita para mantener, como en necesario en todo organismo vivo, un equilibrio dinámico favorable a la vida y el crecimiento."
La disociación entre tecnología y valores sociales, así como la propia entre economía y valores sociales, fue ya resaltada por K. Marx en una frase famosa de “El Capital”:
Todas las relaciones firmes y enmohecidas, con su secuela de ideas y conceptos venerados desde antiguo, se disuelven, y todos los de formación reciente envejecen antes de poder osificarse. Todo lo estamental y estable se evapora, todo lo consagrado se desacraliza, y los hombres se ven finalmente obligados a contemplar con ojos desapasionados su posición frente a la vida".
Marx percibió asimismo cómo una clase social emergente, la burguesía, era la responsable de esa disolución de los valores anteriormente establecidos. Los marxistas destacaron que la burguesía tuvo un papel decisivo como clase dirigente porque, a diferencia de las clases dirigentes anteriores (la monarquía o los señores feudales), cuyos intereses económicos estaban unidos de forma indisoluble al mantenimiento del statu quo, la esencia del dominio burgués es el dinamismo. Este dinamismo se aplicó primordialmente al ámbito económico; pero se extendió al dominio tecnológico porque el capitalismo generaba incentivos únicos para la introducción de nuevas tecnologías que reducen costes de producción.
Resumamos de nuevo.
Los griegos fueron los primeros en desarrollar de forma consciente la capacidad de pensar, pero la pusieron al servicio de la filosofía y del arte.
Durante la Edad Media, el gusto por el pensar y la inclinación estética dejaron paso a la acción como cualidad dominante. El resultado fue la era dela exploración y los descubrimientos durante los siglos XV y XVI.
Paralelamente, la razón resurgía en los monasterios al primer plano en el alma humana. Los escolásticos exprimieron al máximo su capacidad de pensamiento, llevándola como mínimo a la altura de los antiguos griegos, aunque poniéndola al servicio de la religión y no, como los exploradores, de la acción. Pero la concepción religiosa del universo acabó por perder credibilidad tras el descubrimiento del heliocentrismo por parte de Copérnico. A partir de ahí, los progresos en la astronomía, que en civilizaciones anteriores estaban ligados a motivaciones que, como la astrología y la religión, pudiéramos calificar como de no racionales, dieron paso a los avances Galileo y Kepler, que inician la ciencia moderna. En esta época, el hombre siente por una parte que tiene todo el mundo a su alcance y adquiere a la vez una confianza consciente en la razón, que se convierte en una alternativa a la fe a la hora de enfrentarse al mundo. El terreno está preparado para el “Pienso, luego existo” de Descartes, a partir del cual el alma humana se siente por primera vez independiente de su pasado en virtud de su dominio de la capacidad de pensar.
A partir de este punto fue tomando fuerza una visión mecanicista e impersonal del mundo. En palabras de Mumford, “gradually Heaven, that shinning place in the mind, faded from the sky”, de modo que:

“The ultimate effect of the methodical seventeenth-century advance in clarity of description and fidelity to observed fact was to devaluate every aspect of human experience that could not be so treated; and its final result was to eliminate all other products and by-products of the human personality”.
El conocimiento exacto fue gradualmente suplantando al conocimiento adecuado, y la búsqueda del conocimiento adquirió una orientación decididamente práctica. En su crítica a la ideología del maquinismo implícita en la Revolución Industrial, Mumford apunta a que, una vez la ciencia moderna convirtió al hombre en una máquina creada por las manos de Dios, los hombres fueron convirtiendo en dioses a aquellos capaces de diseñar y construir máquinas.
El resto de la historia es mucho más conocida. Pero me ha parecido interesante incluir un apunte que pueda provocaros una reflexión sobre cómo estaban las cosas antes del principio de la historia que hoy nos es familiar.
Hasta la próxima.

jueves, junio 01, 2006

 

¿Tecnología y personalidad se co-producen?

Propuesta para los todos los alumnos (estéis o no asistiendo a clase).

Hemos hablado de que los artefactos tecnológicos están hoy en día tan mezclados en la sociedad y en nuestras vidas que no sería ni siquiera concebible separarnos de ellos limpiamente, de modo quirúrgico.

Tomemos como referencia algunas citas externas:
La cuestión que os propongo, como ejercicio voluntario, (por 10 puntos sobre el total de 100 en la nota final ) es reflexionar sobre si estas citas “sociales” se pueden o no extrapolar también al ámbito personal.

En concreto, ¿cómo responderíais a estas cuestiones?:


Extensión máxima: 1 folio (bien redactado, por favor).

Os espero

Saludos


 

¿Tienen política los artefactos tecnológicos?

“Society explains nothing but has to be explained [...] The great import of technology studies to the social sciences is to have shown, for instance, how many features of the former society, durability, expansion, scale, mobility, were actually due to the capacity of artefacts to construct, literally and not metaphorically, social order [...] They are not 'reflecting' it, as if the 'reflected' society exists somewhere else and was made of some other stuff. They are in large part the stuff out of which socialness is made”. Latour (2000), “When things strike back”

En lo que llevamos de curso nos ha aparecido varias veces la relación entre tecnologías de la información y economía. Este breve apunte tiene como objeto introducir otro dominio que, nos guste o no, es también conexo con el de la tecnología: El de la política.

Es posible que a algunos les pudiera tranquilizar la idea de que la tecnología no tiene nada que ver con la política. O tal vez seducir la idea de que la tecnología no debiera tener que ver con la política.

Esas ideas hoy no parecen realistas, ajustadas a la realidad. De entrada, se hace evidente que tecnología y política están mezcladas, de un modo difícil de separar, en más de un terreno. Por ejemplo:
  • Los experimentos con embriones o con células madre.
  • El despliegue de antenas de telefonía móvil.
  • La censura sobre Internet en China.
  • Las decisiones sobre el futuro de la energía nuclear.
  • Los derechos (o no) para producir determinados medicamentos genéricos a bajo coste en países menos desarrollados.
  • El proyecto de generar un competidor europeo a Google. (Ver http://es.wikipedia.org/wiki/Quaero).
Confieso que encuentro fascinante (y difícil) adentrarse en estos asuntos híbridos entre política y tecnología. Con la seguridad de que tratar a fondo este tema exige mucho más tiempo y calma de los que disponemos ahora, quisiera apuntaros sólo algunas reflexiones generales.

Un primer dominio de políticas son las de promoción de las tecnologías, sea en la producción (políticas industriales) o en el consumo (políticas de demanda). En un ejercicio anterior, algunos de vosotros ya habéis comprobado que una buena parte de los responsables de sociedad de la información en las administraciones tienen estas políticas como primordiales.

Otro ámbito, generalmente más polémico, de las políticas es el relacionado con la regulación. En casos como la regulación de las telecomunicaciones, en que se mezclan consideraciones de mercado con las de servicio público, el nivel de debate y controversia ha sido y seguirá siendo considerable. Abordaremos un poco este tema en la sesión dedicada a las telecomunicaciones.

Pero las políticas de regulación de tecnologías pueden también ser difíciles en mercados en principio liberalizados, como el software y los equipos electrónicos. La pugna legal que se mantiene entre la Comisión Europea y Microsoft es un caso ejemplar e ilustrativo de los asuntos que afloran y la complejidad de su tratamiento.

Otro ámbito de las políticas, quizá uno de los menos visibles en principio, es lo que podríamos denominar como políticas de los efectos secundarios o colaterales. La gestión y regulación del tráfico de automóviles (y del aparcamiento) es quizá el ejemplo con el que topamos más frecuentemente. ¿Hemos de planificar las ciudades para los coches o para los ciudadanos? ¿Con qué objetivos? ¿Con qué compromisos?

El ámbito de la energía nuclear sería un segundo ejemplo. Poca gente quiere tener una central nuclear cerca de su casa. Probablemente serían todavía menos los que quisieran vivir cerca de un almacén de residuos nucleares, de los que nos sabemos como desprendernos. Podemos congelar las centrales nucleares, como se ha hecho en España. Pero entonces acabamos pagando a las empresas eléctricas una cuota de amortización a cuenta de la energía nuclear que NO están produciendo.

Más efectos secundarios. Si hay software y redes habrá fraude electrónico y productores de virus. El mal existe, nos guste o no, y si se abre un nuevo espacio, en este caso virtual, que haya gente dispuesta a usarlo para hacer mal, o sin importarle hacerlo, forma parte del estado actual de las cosas. Pero, cuando sufrimos por el ataque de un virus, ¿a quién hacemos responsable? ¿a quién tendríamos que hacer responsable? ¿Sólo al delincuente? ¿Al fabricante de un software que no garantiza protección?

Dejemos los virus y pasemos a la cuestión del tráfico virtual de películas y música en la red. Según las operadoras, la mayor parte del ancho de banda disponible en las redes está ocupado por una minoría de internautas (quizá el 25%) que bajan contenidos casi sin descanso. Su tráfico supone menor calidad de servicio para los que hacen un uso más ligero de la red. Cuando se exige a las operadoras que inviertan para garantizar calidad de servicio, ¿cómo se gestiona el nivel de calidad? ¿Para los que usan (y quizá abusan) del tráfico P2P? ¿Para los usuarios “normales”? ¿Estaría bien que se pudiera discriminar entre usuarios (en calidad, en precio)?

Además está la cuestión de los derechos de propiedad intelectual. Un asunto que genera polémica es decidir hasta qué punto se deben proteger frente al tráfico en la red. Pero un segundo aspecto, creo que más delicado, es que se grave con un canon el uso de dispositivos electrónicos y la compra de soportes que “podrían” utilizarse, pero que no necesariamente se utilizarán, para tráfico de contenidos.
Un apunte que espero que sea suficiente para ilustrar que los artefactos tienen adherida, queramos o no, la política. Si estamos interesados en el destino de las tecnologías, difícilmente podremos evitar lidiar con las políticas de la tecnología.
Acabo con algunas referencias. The Economist publicó un par de números especiales sobre la politica de los efectos secundarios de Internet:

SURVEY: THE INTERNET SOCIETY
Digital dilemmas
Jan 23rd 2003From The Economist print edition
http://www.economist.com/surveys/displayStory.cfm?story_id=1534303

SURVEY: DIGITAL SECURITY
Securing the cloud
Oct 24th 2002From The Economist print edition


En un plano más general, pero no demasiado académico, os recomiendo que echéis un vistazo a la página Web de L. Winner, un ex músico de rock especializado en las cuestiones de política tecnológica.

http://www.langdonwinner.org/index.html

Como aperitivo, dos citas de este autor, que podéis poner en relación con los asuntos apuntados más arriba.

“En el terreno técnico repetidamente nos involucramos en diversos contratos sociales, las condiciones de los cuales se revelan sólo después de haberlos firmado”. L. Winner (1987)

“La construcción de un sistema técnico que involucra a seres humanos como parte de su funcionamiento requiere una reconstrucción de los roles y las reglas sociales” L. Winner (1987).
Hasta la próxima.

martes, mayo 30, 2006

 

Tecnología y sociedad se co-producen

As technology has increasingly place the world at people’s fingertips, those people have become less able to put their finger on precisely what technology is.”
David Noble (1977)

Like most beliefs which appear to be self-evident, they remain obvious only as long as we refrain from examining the assupmtions that underpin them
Bauman y May

La relevancia de la tecnología en nuestas sociedades, en nuestra vida diaria, nos parece hoy un hecho evidente. Tan evidente que apenas le prestamos atención. Ello es más evidente cuando pensamos no en las tecnologías emergentes, algunas de las cuales pueden establecerse definitivamente entre nosotros, sino en tecnologías que ahora están consolidadas, pero que en un tiempo no existieron.

La electricidad sería probablemente el ejemplo más extremo. Os propongo un experimento pensado. Imaginad que intentáramos llevarnos, como estirando de un hilo, el sistema eléctrico del planeta. ¿De cuántas cosas, muchas de ellas no tecnológicas, estaríamos estirando?

La cuestión es que la electricidad, como muchas otras tecnologías y muchos artefactos cosntruidos a raíz de avances tecnológicos, está intensamente implicada en el sistema de relaciones que conforma la sociedad. En las de producción y consumo, por supuesto. Pero también en las de experiencia (las redes de comunicaciones, por ejemplo, utilizan energía eléctrica). También en las de poder. La TV exige electricidad. Los mecanismos de comunicación y control utilizan electricidad. De este, modo, mezclada en todos los planos de la relación social, esta tecnología y la sociedad son hoy imposibles de separar en la práctica.

Pero hubo un tiempo en que este maridaje no existía. Y si ahora existe, es porque se ha ido construyendo en el tiempo. De un modo del que somos escasamente conscientes este maridaje no ha existido siempre. Por tanto, se ha construido, y se ha construido socialmente.

Somos poco conscientes de esta construcción. De entrada, nos cuesta imaginar cómo vivir sin tener estas tecnologías y esos artefactos tecnológicos a nuestra disposición. No sólo la electricidad. Los de nuestra edad recordamos todavía un tiempo en que los plásticos no existían. Repetid, aplicándolo al plástico, el experimento pensado que os proponía antes. Las tecnologías y los artefactos cambian nuestra manera de pensar y de ponernos en relación con el mundo.
Este es un primer aspecto a destacar. En el proceso mediante el cual “tecnología y sociedad se co-producen”, asociamos de inmediato tecnología con innovación.

Quisiera añadir aquí una precisión terminológica. Innovación es más que invento. Una innovación, que puede tener un invento como punto de partida, se produce cuando la consecuencia es un cambio de comportamiento. En cualquier de los planos sociales relevantes: en las prácticas de producción, en las de consumo, en las de experiencia, en las de poder. Si esos cambios no se producen, el invento es menos interesante y sus consecuencias, menores. Exagerando un punto la nota, pensemos en los inventos del TBO, que nos maravillaron y divirtieron a algunos cuando éramos niños.

http://www.delcomic.es/museo/mono/inventos.htm

Cuando se adopta ese concepto de innovación, el inventor pierde una parte de su protagonismo. La intensidad con que se adopte un invento no depende sólo del inventor, sino de factores sociales que él no controla. De hecho, se empieza a considerar que el análisis de cómo un grupo social adopta algunas tecnologías da pistas sobre las características de ese grupo; como si le hiciéramos una radiografía.

En lo referente a la conexión a Internet y el uso de la banda ancha, por ejemplo, las encuestras muestran consistentemente que el principal motivo que manifiestan los que no se conectan es la falta de interés. Otras cuestiones, como el acceso físico a la conexión, e incluso el precio, parecen mucho menos importantes. Motivar a los no motivados no será una cuestión de tecnología.

En cualquier caso, si aceptamos que la clave innovación es inducir cambios de comportamiento, y recordamos (de las píldoras de teoría social) que “es el significado el que determina la acción”, entender la innovación exige entender los propósitos de los innovadores. Tanto si innovan en la producción de las tecnologías como en sus aplicaciones. Esos motivos pueden no ser evidentes, pero existen. No se innova por casualidad. Picasso se preocupaba de que cuando llegara la inspiración le pillara trabajando. La inspiración puede ser casual, dependiente de las musas, o tal vez un regalo gratuito de la Divinidad. Quizá no podamos entenderla. Pero si nos pilla trabajando es porque habíamos decidido estar trabajando. Y además, después de la inspiración solemos necesitar la voluntad, la decisión, la motivación de continuar trabajando. Para perfeccionar la idea; para reproducirla; para venderla. Nada de esto es casual.

El objetivo de esta digresión es preparar la puesta en escena de dos mitos sobre la tecnología, que los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad se han encargado de desmontar.

Se trata, de hecho de un abuso de lenguaje, pero de un abuso peligroso. Es habitual (y metodológicamente útil) personificar la tecnología y los artefactos tecnológicos, convirtiéndolos en lo que Bruno Latour ha denominado como “actantes”. Pero también peligroso, porque se ocultan datos que a veces conviene resaltar. Las pistolas, por ejemplo, no disparan; son los pistoleros los que lo hacen. Los aviones no vuelan; son las líneas aéreas y los sistemas de control de tráfico aéreo, además de las leyes de la Fisica, los que hacen que los aviones vuelen.


Este abuso de lenguaje es más común de lo que debiera. En 1993, cuando intentaba orientar sus políticas hacia las tecnologías de la información, un informe de la Comisión Europea sostenía que:


En la actualidad el mundo está asistiendo a una mutación de los sistemas de producción, la organización del trabajo y las pautas de consumo cuyos efectos van a ser comparables a los de la primera revolución industrial. Esta mutación se debe al desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones. [...] Sería inútil encerrarse de nuevo en una disputa sobre el ‘maquinismo’ como la que se produjo en la primera revolución industrial. La difusión de nuevas tecnologías en el mundo es inevitable”.
“Libro Blanco sobre Competitividad y Empleo : Retos y Pistas para Entrar en el Siglo XXI” (Comisión de las Comunidades Europeas (1993).


Quizá lo sea. Pero el hecho es que en EEUU se difunden las tecnologías de la información se difunden más rápidamente y se utilizan más intensamente que en Europa. Las mismas tecnologías. ¿Cómo lo explicamos?

Es habitual que esta posición se complemente con la propuesta de que esas reglas hay que respetarlas, para no obstaculizar así la evolución de la tecnología.

Hay bastantes evidencias en contra de esta postura determinista. La que para mí es más convincente es la que muestra la gran cantidad de desarrollos tecnológicos que han sido desarrollados o impulsados por los usuarios de la tecnología, no por sus inventores originales. El correo electrónico o el navegador, por citar sólo dos ejemplos, se desarrollaron desde la comunidad de usuarios de Internet.

Además, conviene tomar también en cuenta que los inventores o innovadores son personas, sujetos con querecias, intereses y ambiciones como todos nosotros, dotados de libre albedrío y también sujetos a las influencias de su entorno social y de relaciones. No son instrumentos del desarrollo de la tecnología; son los actores principales.

Este proceso de innovación y evolución no está exento de conflictos. Ciñéndonos sólo al caso de la energía, los conocemos en el caso de las centrales térmicas (por la contaminación que generan), o en de las centrales nucleares. Pero existen también al respecto de la energía eólica (Ver, por ejemplo, http://es.wikipedia.org/wiki/Energ%C3%ADa_e%C3%B3lica). Seguro que podéis aportar más ejemplos.

Hay muchos ejemplos de todo eso al respecto de tecnologías ya maduras. Pero, en lo que hace referencia a las tecnologías de la información, muchos de los procesos de generación de tecnologías, de asimilación de las mismas y de formación de políticas al respecto de ambas cosas están todavía en marcha. Por eso es importante tomar conciencia de que muchos de los mecanismos “sociales” subyacentes a estos procesos pueden ser similares a los que se pusieron en su momento en juego en relación con otras tecnologías. Veremos ejemplos.

Resumiendo. Si no podemos ni siquiera pensar en separar quirúrgicamente tecnología y sociedad, deberíamos aceptar que no podemos pensar en ambos conceptos por separado, como si fueran independientes.

Si así y todo, por falta de otro lenguaje u otros instrumentos conceptuales, continuamos usando esas dos palabras, retengamos entonces que tecnología y sociedad se co-producen. Adoptando las tecnologías, la sociedad cambia. Como ha asimilado tecnologías a progreso, la sociedad favorece el que las tecnologías progresen.

La consecuencia práctica, que abordaremos en la última clase, dedicada a las políticas de sociedad de la información, es que en cada entorno local se ha de pensar conjuntamente en las tecnologías y en las condiciones y condicionantes del entorno. De lo contrario, la realidad acaba chirriando.


 

Incidencia : Clase Anulada Jueves 1 de Junio

AVISO:

Debido a un viaje imprevisto, la clase del próximo Jueves, 1 de Junio, queda anulada.

L@s alumn@s que quieran recuperarla pueden enviarme un mensaje con su propuesta.

Las notas sobre el material que hubiéramos comentado en esa sesión (Telecomunicaciones y sociedad) se publicarán en el blog en los próximos días.

Lamento sinceramente los inconvenientes.

Saludos a tod@s.

domingo, mayo 21, 2006

 

Trabajo Final

Todos los alumnos, estén o no asistiendo a clase, deben entregar un trabajo de fin de curso.

Tema

El tema puede ser a elegir por el alumno, pero siempre relacionado con la temática del curso.

Para los alumnos que prefieran un tema seleccionado por el profesor, el tema es el siguiente:


Friedman versus Drucker

Peter Drucker nos dice que lo que caracteriza a la sociedad del futuro son nuevas instituciones, teorías, ideologías y problemas. Describir, analizar y comentar cuáles de estos elementos aparecen (o no) y cómo en el libro de Friedman.


Extensión (para todos)

10 a 20 folios a un espacio.


Otros extremos


miércoles, mayo 17, 2006

 

Valores e ideologías

Os quiero proponer un ejercicio más.

Hagamos una lista de valores, o cualidades, que se pondrían en juego para considerar positiva la globalización. Mi lista incluiría:

Habría más.

Haceros ahora una lista de valores, o cualidades, que se pondrían en juego para calificar como positivo el tránsito hacia la sociedad de la información.

Finalmente, comparad ambas listas. ¿Encontráis mucha similitud entre ambas?


Si alguien sostiene que es imposible estar a favor de la sociedad de la información y en contra de la globalización, ¿qué le contestaríais?

Enviadme vuestros comentarios.


 

Ideologías en la globalización

Después de insistir varias veces en clase en la importancia de prestar atención a los significados, debería empezar por precisar qué entendemos en este curso por “ideología”.

Definiremos ideología como un conjunto de ideas y valores comunes en una sociedad, que se consideran como válidos sin necesidad de cuestionarlos en sí mismo, ni en sus fundamentos ni en su justificación. Una de sus características es que “Los elementos de base de una ideología permanecen casi siempre implícitos. Las ideas fundamentales son tan evidentes y omnipresentes que no necesitan ser expresadas: lo esencial se da por supuesto. [...] Constituyen las categorías de base, los principios operatorios del enrejado de la conciencia, en resumen, las coordenadas implícitas del pensamiento común”.

Desde este punto de vista, pueden identificarse varios rasgos ideológicos subyacentes a la globalización.

La globalización es economicista

Definiremos el “economicismo” como la primacía que la lógica interna de la economía adquirió primero sobre la política y posteriormente sobre las finalidades sociales. El predominio gradual del economicismo se produjo en paralelo con el tránsito hacia la sociedad industrial. Tras el colapso del sistema soviético y la correspondiente pérdida de autoridad moral de los planteamientos en que se apoyaba, economicismo y capitalismo pueden en la práctica considerarse como equivalentes en los países occidentales.

El impulso a la globalización es esencialmente economista. Lo veremos más en detalle al comentar el artículo de The Economist sobre la globalización que os recomendé como bibliografía.

La globalización es globalista

El planteamiento de una sociedad economicista que prima ante todo la cantidad, ha conducido de forma natural a que los principales agentes económicos, que dentro de esta lógica son en su mayor parte capitales privados, busquen actuar a la mayor escala posible. Al haberlo conseguido a lo largo del siglo XX, conforman una sociedad que es no sólo global, sino también globalista. Es global en tanto que lo son las actuaciones en múltiples planos determinantes (p.e. mercados globales, mecanismos financieros globales, legislación global, medios de información globales, etc.). Pero es además globalista por cuanto la ideología imperante consagra la supremacía del mercado mundial frente a otras consideraciones u objetivos de orden político o social.

Pudiera pensarse que los términos economicista y globalista resultarían prácticamente equivalentes. No lo son en absoluto. Aceptar su equivalencia supondría aceptar también implícitamente que los mercados, todos los mercados, se expanden y consolidan de modo natural, y por tanto acaban siendo, también de modo natural, globales.

Pero lo cierto es que la sociedad actual es globalista como resultado de una voluntad explícita de que acabe siéndolo y de políticas que desarrollan esta voluntad, que viene desde lejos. Los mercados libres nunca se hubieran formado si no se hubiese permitido que las cosas funcionasen a su aire; el laissez-faire que subyace a las propuesta de mercado fue impuesto desde los Estados.

En palabras de Manuel Castells, “ni la tecnología ni la economía privada podían haber desarrollado por sí solas la economía global. Los agentes decisivos para establecer una nueva economía global fueron los gobiernos y, en particular, los gobiernos de los países más ricos, el G-7 y sus instituciones internacionales auxiliares, el FMI, el Banco Mundial y la OMC”.

La globalización es Informacionalista y TIC-ista

Las sociedades del siglo XX se convirtieron en informacionales por cuanto la gestión de la información es imprescindible para conseguir aumentos sostenidos de producción. (No olvidemos que a mediados de los 80, algunos autores caracterizaban la sociedad de la información como “la revolución del control (de procesos)”.

Dando una vuelta de tuerca a la evolución de los modelos, la gestión de la información es también necesaria como soporte del proyecto mismo de globalidad, que persigue una acción en tiempo real coordinada a gran escala. La definición de sociedad informacional que introdujimos en su momento (“El término informacional indica el atributo de una forma específica de organización social en la que la generación, el procesamiento y la transmisión de la información se convierten en las fuentes fundamentales de productividad y poder”) adquiere aquí un sentido pleno.

Yo apuntaría además que se está iniciando un proceso de una nueva vuelta de tuerca. De una parte, la industria de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) ha representado la principal fuente de crecimiento durante los años 90 en países como los EEUU, Finlandia o Corea. Como consecuencia, todo lo que suponga favorecer la expansión de esta industria y su mercado se considera beneficioso y útil en sí mismo.

Además, parece estar teniendo lugar una transformación de la sociedad informacional, en la que la información tenía carácter utilitario o instrumental, a una sociedad informacionalista, en la que se intenta consagrar la producción y el uso (o consumo) de información como un valor en sí mismo, que supuestamente se auto-justifica de forma evidente. En la revolución industrial el capitalismo de mercado llevó a la creación de mercados del trabajo, la tierra y el dinero. En el proyecto de sociedad para el siglo XXI, a medida que se perciben cada vez más nitidamente los límites de políticas económicas basadas en la explotación sin contrapartidas de recursos materiales, cobra fuerza la idea de perseguir también la creación de mercados para la información y el conocimiento, que quizá se podrían también calificar de “mercancías ficticias”.

Se conforman pues dos tendencias entrelazadas. Por una parte, las TIC se idealizan en relación a la información de modo similar a como la máquina se idealizó al respecto de la producción de bienes materiales. Así pues, por analogía con el maquinismo descrito por algunos autores designaríamos como TIC-ismo la veneración que la sociedad actual tiende a profesar hacia las TICs.

En paralelo, el informacionalismo persiguiría, apoyándose en las TIC, la articulación de una sociedad de mercado global para el intercambio de información.

Ambos, informacionalismo y TIC-ismo se configuran como rasgos de identidad profundos del proyecto de Sociedad de la Información y el Conocimiento; ambos nacen como continuación del economicismo y globalismo y a la vez les sirven de refuerzo.

Finale

Me pongo como ejercicio, que compartiré con vosotros, identificar trazos de estas ideologías en el artículo de The Economist. Os pido, en cambio, que hagáis el mismo ejercicio sobre el libro de Friedman.

Hasta la próxima.

 

Sobre la globalización

Como alternativa a las definiciones de Friedman, que comentábamos en el bloque anterior, os propongo que pensemos sobre la globalización como:

La capacidad de determinados agentes sociales para funcionar como una unidad en tiempo real o escogido a escala planetaria

De este modo, globalización es más que internacionalización. El imperio español fue internacional, pero no global en el sentido que estamos comentando, porque carecía de la capacidad de actuar como una unidad en tiempo real.

Es obvio que las tecnologías de la información y la comunicación son un sustrato imprescindible para los agentes globales, justamente porque proporcionan la capacidad de actuar sincronizadamente en tiempo real.

Es importante subrayar que la globalización es un fenómeno que abarca varias facetas en paralelo. Como mínimo podemos distinguir las siguientes:


Globalización económica y financiera

Algunas de las actividades económicas, especialmente las financieras, funcionan ya a escala global. Los principales mercados financieros mundiales, en Japón, en Londres, en Frankfurt, en Nueva York, están interconectados globalmente por medios técnicos, y también por los intermediarios que ejercen una función de arbitraje continuo entre los mercados locales.

Este mercado financiero global, sujeto a sus propias reglas, está alimentado por un flujo enorme de capitales circulantes, que se mueven constantemente por la redes en busca de la mejor oportunidad para invertir, en cada momento, donde sea. Se calcula que este capital “flotante” genera diariamente transacciones financieras por valor de 1.000.000.000.000 dólares.

El poder potencial de este volumen de dinero, una parte del cual es abiertamente especulativo. Os animo a consultar, aunque sea por encima, el perfil de George Soros, uno de los especuladores financieros de mayor renombre.

(Ver http://en.wikipedia.org/wiki/George_Soros o http://www.sorostrading.com/ ). ¿Qué os parece?

No toda la actividad económica es global

Hay actualmente una enorme concentración de creación de valor y de riqueza en actividades fuertemente globalizadas. En particular, 50.000 empresas multinacionales o transnacionales, con más de 400.000 subsidiarias, que dan trabajo a 120 millones de empleados. Representan el 30-40% del PIB mundial, y 2/3 del comercio mundial.

Pero pero muchas actividades económicas siguen siendo predominantemente locales. De los 6.000 millones de habitantes de la Tierra, trabajan aproximadamente la mitad. De estos, el 50% lo hacen en actividades agrícolas, y de éstos el 50% no sobrepasan el nivel de subsistencia.

Sólo el 10% de la fuerza de trabajo mundial está condicionada globalmente. El capital puede moverse mucho más libremente que los trabajadores, y puede organizarse globalmente con mucha más facilidad que los trabajadores. Los sindicatos son mucho más locales que los fondos de inversión. ¿Podríais citarme alguna huelga global?



Zigmunt Bauman, cuyo libro sobre la globalización os recomiendo, distingue a este respecto entre “turistas” y “vagabundos”. Los “turistas” se mueven por el mundo y se aposentan en el mundo como y cuando quieren; por trabajo o por placer. Los “vagabundos”, en contraste, se mueven en busca de un lugar donde puedan establecerse y subsistir. Y eso, los que tienen suerte. Muchos no pueden ni moverse del lugar en donde malviven. Leed los periódicos, y buscad ejemplos.

Globalización del conocimiento y la tecnología

Muchos proyectos de investigación son ejemplos de colaboración de elites internacionales de científicos y técnicos. Ejemplos: en el aeroespacial, en la fusión nuclear, en la decodificación del genoma humano, en la física de altas energías. (¿Podéis aportar más ejemplos?).

Instituciones de la gobernancia global

Los Estados se transforman, y ceden cuotas de poder a instituciones supranacionales:

La creación del Euro es uno de los ejemplos más recientes y cercanos. Los Estados englobados en la zona euro ya no controlan su política monetaria, que se ejerce desde el BCE.

Movimientos de la contra-gobernancia global


Hoy en día sólo hay dos superpotencias reales: Los EEUU y la opinión pública.
Las ONG y los movimientos contra-globalización son ya poderes globales, con una influencia perceptible. Y también se coordinan globalmente, como las instituciones para-gubernamentales (WTO, IMF) a las que muchas veces se oponen.


Podéis ver un ejemplo en http://www.attac.org/indexes/

Ejercicios

Probad de estudiar cómo encajan estas facetas de la globalización en los esquemas de las cinco píldoras de teoría social que coméntabamos hace unas semanas.


Alternativamente, ¿cómo os encaja este apunte sobre la globalización con las teorías, problemas, ideologías e instituciones de que nos hablaba Peter Drucker?.


O bien, ¿de qué aspectos de la globalización no nos está hablando (o no tan abiertamente) nuestro amigo Friedman en su descripción de la tierra plana?


Y, finalmente, ¿podríamos decir que la globalización es consecuencia de los avances en las TIC? ¿Y a la inversa? ¿Preferíaramos concluir que globalización y tecnologías de la información se co-producen?

(Anticipo que en un próximo bloque compartiré con vosotros un apunte sobre las ideologías de la globalización).


This page is powered by Blogger. Isn't yours?